Topic outline

  • General

  • ETAPA 1. ENCUENTRO

    «Venid a mí todos los que estéis cansados y agobiados, y yo os aliviaré» (Mt 11,28).

    Jesús es el gran maestro de la acogida incondicional al otro. Más allá y por encima del personaje, de la historia pasada o de los problemas que cada persona arrastre, acoge al otro porque es, por el simple hecho de ser. En la acogida y el encuentro respeta al otro hasta el límite, reconociéndolo como otro y restituyéndole la dignidad herida o perdida. El que acoge y el acogido comparten la misma dignidad. El que es acogido no tiene que pagar con su dependencia, sino reconciliarse consigo mismo y recobrar su dignidad de persona. Desde esta actitud, Jesús no busca el poder. Acogiendo, se hace uno de tantos para encontrarse de modo radical con el ser humano.

    “Descubriéndose amado por Dios, el hombre comprende su propia dignidad trascendente, aprende a no contentarse consigo mismo y a salir al encuentro del otro en una red de relaciones cada vez más auténticamente humanas. Los hombres renovados por el amor de Dios son capaces de cambiar las reglas, la calidad de las relaciones y las estructuras sociales: son personas capaces de llevar paz donde haya conflictos, de construir y cultivar relaciones fraternas donde hay odio, de buscar la justicia donde domina la explotación del hombre por el hombre. Sólo el amor es capaz de transformar de modo radical las relaciones que los seres humanos establecen entre sí. Dentro de esta perspectiva, todo hombre de buena voluntad puede vislumbrar los amplios horizontes de la justicia y del progreso humano en la verdad y en el bien"[1].

    Programa de Acogida de Cáritas

    El programa de Acogida es la puerta de entrada a Cáritas, a todos sus programas y servicios, y se dirige tanto a dar una respuesta inmediata, a través de su red de servicios de acogida y atención primaria a las necesidades más urgentes de las personas en situación vulnerable, como a desarrollar itinerarios personalizados de rehabilitación y promoción para las personas afectadas por situaciones de exclusión, para que a través de procesos de formación y capacitación, lleguen a ser agentes activos de su propio desarrollo personal.

    Llamamos acogida tanto al momento del encuentro con la persona que acude a Cáritas solicitando apoyo, como al recibimiento que le damos. Lo importante es intentar crear un vínculo y dar un sentido a la relación de ayuda.  Acoger no es forzar a la otra persona a entrar en nosotros, haciéndole perder su identidad (asimilación), sino hacer que nazca algo nuevo del compromiso compartido (bidireccionalidad).

    En Cáritas no existe a priori ningún tipo de requisito para la acogida. Cualquier persona que llegue a nuestros centros o instalaciones parroquiales será atendida.

    En la acogida se ofrece a las personas un espacio de escucha y la realizan voluntarios y trabajadores que dialogan con la persona de una forma cercana, para conocer su situación y de este modo dar una respuesta a las necesidades que plantea.

    Un porcentaje elevado de las personas que acuden presenta situaciones económicamente precarias debido principalmente a la falta de empleo o a ingresos por debajo del salario mínimo, que no les permiten cubrir las necesidades básicas de la vida diaria, entre otras problemáticas.

    Desde el programa de Acogida se intenta trabajar con ellas para implicarlas en la resolución de sus propios problemas, acompañándolas en su proceso de inserción, para lo cual se diseña conjuntamente con ellas un proyecto personal o familiar personalizado.

    Cáritas ofrece este programa desde el que queremos vivir la comunión en la información y en el trabajo conjunto con las parroquias de la diócesis en relación con la acción social en el territorio.

    Teniendo en cuenta que a muchas parroquias llegan cada día más personas y familias solicitando ayudas, Cáritas Diocesana les ofrece información, asesoramiento y apoyo, asumiendo las derivaciones de aquellas solicitudes de ayuda a las cuales la parroquia no puede dar respuesta.



    [1] Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, n.4.


    • ETAPA 2. ACTUAR

      «Aprended a hacer el bien, buscad lo justo, dad sus derechos al oprimido, haced justicia al huérfano, abogad por la viuda» (Is 1,17).

      Desde la fidelidad al Evangelio y a su misión, Cáritas ha estado en cada momento histórico al lado de las personas en situación de vulnerabilidad y exclusión en todos los rincones del mundo. Se ha hecho presente en la sociedad con una voz profética, analizando la realidad, sensibilizando, transformando, aportando esperanza, construyendo el Reino, atenta a los signos de los tiempos. “La nueva evangelización es una actitud, un estilo audaz. Es la capacidad de parte del cristianismo de saber leer y descifrar los nuevos escenarios (…) para habitarlos y transformarlos en lugares de testimonio y de anuncio del Evangelio (…) Se trata de escenarios sociales, culturales, económicos, políticos y religiosos”[1].

      Ser Evangelio, ser Buena Noticia, con todas las consecuencias, es un imperativo urgente. Se trata de encarnar la coherencia y radicalidad del Evangelio en cada encuentro, con cada persona, en cada acción, en cada escucha, en cada proyecto, en cada proceso, en cada presencia… Se nos llama a ir al mundo entero, sin fronteras, sin límites, sin exclusiones, en un mundo que es único, en el que todos formamos una sola familia humana. Por ello, nuestro pensamiento y nuestra acción deben contemplar a todos los pueblos y a todas las personas.

      Cáritas

      Somos la confederación oficial de entidades de acción caritativa y social de la Iglesia católica. Instituida en 1947 por la Conferencia Episcopal Española, Cáritas Española tiene por objeto la realización de la acción caritativa y social de la Iglesia en España, a través de sus miembros confederados.

      La confederación Cáritas es única. Donde haya necesidades en el mundo, allí hay una organización Cáritas para ofrecer ayuda práctica y apoyo. Los miembros de Cáritas en el terreno responden a emergencias, tanto si son provocadas por una catástrofe natural, como si en su origen se encuentra la acción del ser humano.

      Cáritas acude en ayuda de los damnificados por las inundaciones en Europa, de las personas atrapadas en un conflicto en África, de quienes sufren por el cambio climático en Oceanía. Allí, en Asia, en el Norte y el Sur de América y en el Caribe, en Medio Oriente y en el Norte de África, Cáritas es un proveedor activo, experimentado y capacitado, de asistencia médica; ayuda al desarrollo a largo plazo y a la educación, y lleva a cabo acciones de incidencia por un mundo mejor y más justo.

      En nuestro continente, además, la fuerza unida de nuestros 49 miembros, presentes en 46 países, hace de Caritas Europa uno de los principales actores sociales de Europa.

      Tenemos un compromiso sincero de analizar y luchar contra la pobreza y la exclusión social, así como de promover un verdadero desarrollo humano integral, la justicia social y unos sistemas sociales sostenibles en Europa y en todo el mundo.



      [1] SÍNODO DE LOS OBISPOS. ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA (XIII.2012): La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana. Lineamenta 6. Los escenarios de la nueva evangelización.


      • ETAPA 3. ANONIMATO

        «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará» (Mt 6,1-4).

        El ajetreo de la vida diaria, el bullicio de las calles de nuestros pueblos y ciudades, contrastan con la labor callada y constante de los agentes de Cáritas en sus parroquias y en los servicios de la Institución; una labor que casi siempre se realiza desde el anonimato. Se trata de un trabajo “anónimo” que visibiliza y acompaña el drama del paro y la precariedad laboral; que habla a la sociedad y busca la transformación de estructuras y procesos; que deja fluir una Vida que sana las heridas de muchas personas; que se indigna ante la injusticia padecida por tantos seres humanos y lucha por devolverles la dignidad arrebatada.

        Cáritas es el corazón de la Iglesia y se hace corazón con las personas más necesitadas. Ésta es la razón de nuestro existir, esto es lo que nos mueve y nos desvela: estar con la gente, acompañar a la humanidad herida, perseguir la promoción integral de cada persona que acude a nosotros.

        Personas voluntarias

        Para poder llevar a cabo nuestra misión, en Cáritas necesitamos contar con voluntarios que nos ayuden a estar cerca de personas que lo necesitan. El voluntariado es la base insustituible de la acción de Cáritas. Las personas voluntarias se comprometen libre y gratuitamente con quienes viven la injusticia de la pobreza y la exclusión, y creen en su acción para conseguir una sociedad más justa.

        En España, Cáritas cuenta, nada más y nada menos, que con 80.995 personas voluntarias, que prestan su servicio en diversos ámbitos: acogida y atención primaria, migrantes, personas sin hogar, infancia, adolescencia y juventud, mujer, mayores, empleo, economía social, drogodependencias, formación…


        • ETAPA 4. RESPETO

          «Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial» (Mateo 5, 46-48).

          Según el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, "una sociedad justa puede ser realizada solamente en el respeto de la dignidad trascendente de la persona humana”[1]. Cáritas ayuda a la gente a desarrollar y realizar su pleno potencial, y a entablar relaciones de respeto mutuo, para que así puedan controlar y mejorar su calidad de vida. Mediante el desarrollo humano integral y el empoderamiento, promueve comunidades locales activas cuyos miembros desempeñan un papel importante en la sociedad civil.

          Los procesos de empobrecimiento y de exclusión pueden ser espacios por los que las personas transitamos, tropiezos que no necesariamente se han de convertir en caídas de las que no nos podamos levantar. Por tanto, se trata de una situación, no de una condición; de algo que puede ser pasajero.

          Hemos de tomar conciencia también del lenguaje discriminatorio que a veces se da en la sociedad, no solo por el uso de los conceptos, sino por la simbología que conlleva. Las personas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad no están así “porque quieren”, ni se lo han buscado”. Frases como éstas poco ayudan a establecer una relación que favorezca el respeto y el encuentro que nos permita acercarnos al otro invitándole a plantearse si el camino por el que transita es el más adecuado, a acompañar la valentía de enfrentarse a nuevos senderos donde se generen cambios, por pequeñitos que nos puedan parecer.

          Programa Vagalume

          El Programa Vagalume es un programa de las Hermanas Oblatas y Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela. Está especializado en dar apoyo a mujeres en contextos de prostitución y/o que son víctimas de trata con fines de explotación sexual. En Vagalume se ofrece información, asesoramiento y acompañamiento totalmente gratuito, confidencial y no discriminatorio.

          El trabajo que desarrolla el Programa Vagalume puede dividirse en cinco áreas de trabajo interrelacionadas: centro de día, proyecto psicoeducativo y familiar, piso de acogida/emergencia, trabajo de calle y sensibilización.



          [1] N. 132.


          • ETAPA 5. LAZOS

            «Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí como yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. (…) La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y así seréis mis discípulos » (Jn 15, 4-5, 8).

            El Papa Francisco, en su discurso dirigido a los participantes en la XXI Asamblea General de Cáritas Internationalis, invita a vivir la caridad como el encuentro con Cristo mismo, estando atentos a no caer en una caridad identificada con la limosna o el mero asistencialismo. "La caridad no es una idea o un sentimiento de piedad, sino un encuentro vivencial con Cristo (…) La caridad es el abrazo de Dios, nuestro Padre, a cada persona, especialmente a los más pequeños y a los que sufren, que ocupan un lugar preferencial en su corazón (…) No se puede vivir la caridad sin tener relaciones interpersonales con los pobres: vivir con los pobres y para los pobres. Los pobres no son números, sino personas. Porque viviendo con los pobres aprendemos a practicar la caridad con el espíritu de pobreza, aprendemos que la caridad es compartir. En realidad, no solo la caridad que no llega al bolsillo es una falsa caridad, sino que la caridad que no involucra al corazón, el alma y todo nuestro ser es una idea de caridad que aún no se ha realizado”[1].

            AHortas

            Ahortas es el nombre de una empresa de inserción laboral de Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela que trabaja en el campo de la agricultura ecológica. En sus instalaciones se almacenan y preparan para su comercialización diversos productos hortofrutícolas, cultivados tanto en invernaderos como en explotaciones al aire libre. Dichos productos se distribuyen directamente a establecimientos especializados en producción ecológica para su posterior venta al público.

            La plantilla de AHortas está formada por personal técnico de Cáritas y también por trabajadores en inserción.

            Se trata de un proyecto que persigue la formación de personas en riesgo de exclusión social para su inserción en el mercado laboral. Además, se busca promover un consumo justo, sostenible y responsable, mediante canales cortos de comercialización y partiendo de los principios de la Economía Social y Solidaria, que tiene en cuenta a las personas, el medio ambiente y el desarrollo sostenible y sustentable, por encima de otros intereses.


            [1] Roma, 27 de mayo de 2019.

            • ETAPA 6. GRATUIDAD

              «Vosotros sois la sal de la tierra. Y si la sal se vuelve sosa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve más que para tirarla a la calle y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en lo alto de un monte; ni se enciende una lámpara para ponerla bajo el celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (Mt 5, 13-16).

              “En una civilización obsesionada porque todo esté tasado, catalogado y medido, donde todo tiene un precio, incluyendo a veces las personas, la palabra gratuidad aparece como un concepto extraño y en muchas ocasiones como algo incómodo y poco creíble. Porque aún sigue habiendo quienes no creen que alguien pueda ofrecer algo o mucho, incluso la vida sin esperar nada a cambio, nada material, pues para quien así piensa lo demás no parece existir. Y es que en un mundo aferrado a una cosificación y utilitarismo exacerbado, donde la importancia está siempre vinculada a la rentabilidad o precio, el altruismo y gratuidad aparecen como algo de dudosa credibilidad.

              Pero felizmente entre esa incredulidad y escepticismo siguen existiendo millones de hombres y mujeres de toda edad, condición, creencias y culturas para quienes el bienestar es patrimonio de todos los seres vivos del planeta y se constituyen en medio para hacerlo posible. Seres humanos que apuestan en sus vidas por la filantropía, por negocios” basados no en el precio de las cosas sino en el valor de las personas; hombres y mujeres con espíritu joven, dotadas de sensibilidad hacia muy distintas causas, en aras de diferentes y nobles fines.

              El voluntariado en la Iglesia, particularmente en Cáritas, tiene también su causa y su fin. La causa, si bien es cierto que nace de una necesaria decisión personal, es la respuesta a una llamada exterior para realizar una misión que nos supera, por eso no somos capaces de definir con palabras ni su contenido ni su dimensión porque se trata de un don, un regalo y una gracia, esto es, ser misioneros del Amor de Dios a quienes son sus preferidos.

              El fin, dar a conocer la buena Nueva del Evangelio como realidad liberadora y salvadora mediante la caridad. La caridad como profecía, expresión de aquello en lo que creemos o mejor de Aquel a Quien seguimos, por Quien vivimos y en nombre de Quien amamos, como expresión tangible de la fe. El testimonio, la prueba de nuestra dimensión personal de esa fe se encuentra en la caridad, por eso se trata de una virtud a la vez humana y divina que mira al ser humano en su totalidad y plenitud como consecuencia de la encarnación, de la humanización de Dios.

              Dios se expresa y se hace creíble a través de la caridad. Por eso, es imposible pretender acceder a Él sin pasar por la puerta del amor hacia los demás y en especial a los empobrecidos. La caridad es pues la muestra suprema de la humanización de Dios. Y en esto consiste precisamente el voluntariado en Cáritas: mostrar el rostro humano del Hijo de Dios sin pedir nada a cambio”[1].

              Programa de infancia y juventud

              Entre sus tareas, Cáritas Diocesana de Santiago tiene la de trabajar por la infancia, por la juventud y por la familia en situación de riesgo y/o vulnerabilidad social, con el fin de contribuir a generar cambios que propicien un ambiente familiar de seguridad y afecto.

              En el marco de la Convención de los Derechos del Niño, se desarrolla un trabajo especializado de promoción de la cultura y el buen trato, a través de un equipo formado por personal técnico y voluntariado comprometido y competente, con la finalidad de garantizar el derecho a crecer en un ambiente donde estén asegurados el bienestar y el desarrollo integral.

              Cativos

              Programa educativo que trabaja de forma integral la maduración personal de la infancia y la juventud. Dentro de este programa se llevan a cabo diferentes proyectos educativos, algunos centrados en el refuerzo escolar, otros enfocados en las múltiples herramientas que el campo del ocio y el tiempo libre ofrece para trabajar temáticas transversales, y otros encaminados a la promoción laboral, personal y formativa.

              Abeiro

              Programa de apoyo a las familias monoparentales y de especial protección, que tiene como objetivo alcanzar la plena integración social de las familias en su entorno, posibilitando una mejora en su situación y estabilidad en la comunidad. Además, cuenta con los siguientes servicios:

              -       Intervención socioeducativa con las familias.

              -       Orientación y acompañamiento laboral y formativo.

              -       Conciliación familiar y laboral.

              -       Intervenciones educativas con los menores en su proceso de desarrollo.

              Actividades trimestrales con los menores y sus familias.

              [1] Fermín Gassol Peco, Director de Cáritas Diocesana de Ciudad Real.

              • ETAPA 7. INSTITUCIÓN

                «Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. Queridos hermanos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros» (1 Jn 4,7-11).

                Cáritas es el organismo oficial de la Iglesia para promover, orientar y coordinar la acción caritativo-social dentro del territorio asignado, y canalizar la comunicación cristiana de bienes. Es signo de la predilección del Padre por los más empobrecidos. Esto se manifiesta en que centra su acción, preferentemente, en aquellos con los que nadie trabaja, con los no atendidos y con quienes son calificados socialmente como irrecuperables. Concreta así hoy la opción preferencial por los pobres que, fundamentada en una adhesión viva a Jesucristo y su Evangelio, constituye su inspiración fundamental.

                Junto al acompañamiento a los no atendidos y a los últimos en su proceso de inserción, Cáritas, más allá de la prestación de servicios, ha orientado su acción hacia la transformación de las estructuras y de las personas, y actúa con valentía y decisión a la hora de denunciar las situaciones de injusticia y de proponer un modelo de sociedad alternativo, así como a la hora de presentar cambios de actitudes y comportamientos a las personas.

                Cáritas surge en la Iglesia del encuentro de dos motivaciones: la histórica y la teológica. Hay Cáritas junto a los pobres y personas que sufren (motivación histórica). Y hay Cáritas, ante todo, porque el Espíritu del Padre, que ungió al Hijo para anunciar el Evangelio a los pobres, sigue suscitando en la Iglesia el amor a los pobres (motivación teológica). En Jesucristo coinciden lo histórico y lo teológico. El cristianismo supera el dilema permanente y el drama de todos los tiempos: o Dios o el ser humano. Cáritas está llamada a superar en Cristo la disociación entre el amor a Dios, invisible, y el amor a los pobres excluidos e ignorados, que ha de ser visible, creíble e inteligible para todos los seres humanos.

                Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente

                En el compromiso por la defensa del trabajo digno surge la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), formada por entidades y organizaciones de inspiración cristiana: Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, Juventud Estudiante Católica (JEC), Juventud Obrera Cristiana (JOC) y Cáritas, con el objetivo de favorecer dinámicas de sensibilización, visibilización y denuncia sobre una cuestión central para la sociedad y esencial para la vida de millones de personas: el trabajo humano; y anunciar el concepto de trabajo decente «hacia el interior de nuestras organizaciones, hacia la Iglesia en general y hacia la sociedad».

                Se trata de un trabajo en red para poner en primera línea la importancia y la necesidad de un trabajo decente, lo que supone:

                Poner en el centro a la persona, rompiendo la actual lógica de pensar y organizar el trabajo desde lo económico y los intereses de unos pocos.

                •  Plantear el sentido y el valor del trabajo más allá del empleo: Distribuir de manera justa y digna el empleo y reconocer socialmente todos los trabajos de cuidado necesarios para la vida humana.

                •  Luchar por condiciones dignas de empleo: sin la lucha por la afirmación de los derechos de las personas en el empleo no es posible humanizar el trabajo.

                •  Articular de forma humanizadora el trabajo y el descanso.

                •  Luchar por la defensa de los derechos humanos y desvincular derechos y empleo.

                • ETAPA 8. BIENES

                  «Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho. Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, es decir, una cuarta parte del as. Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: `En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Pues los demás han echado de lo que les sobraba, pero ésta, en cambio, ha echado todo lo que tenía para vivir´» (Mc 12, 41-44).

                  Jesús nos invita a descubrir la riqueza de la experiencia del compartir. En la persona de la viuda se produce el milagro de las manos vacías. En medio de su pobreza muestra su generosidad. No se avergüenza ante la «fortuna» de los que pueden ser generosos. El desprendimiento de la viuda pobre, que da lo poco que tiene para vivir, nos lleva a plantearnos este interrogante: ¿hasta dónde nos arriesgamos para compartir?

                  En la vida, a todos se nos han dado talentos, capacidades, bienes, cualidades..., no únicamente para nuestro provecho personal, sino también, y sobre todo, para que los compartamos y den fruto para bien de todos. Somos inmensamente ricos cuando, en medio de nuestras pobrezas, somos capaces de arriesgarnos y compartir lo que tenemos.

                  En la Iglesia, cuando hablamos de comunicación cristiana de bienes pensamos inmediatamente en recursos económicos, pero, en un sentido más profundo, la comunicación de bienes no es solo una transacción de recursos materiales, sino de generosidades que producen un efecto multiplicador en recursos, personas, infraestructuras... Dar testimonio de generosidad es el camino para avanzar realmente en la comunión en el amor.

                  Escuela de Tiempo Libre

                  Integrada en el departamento Cativos de Cáritas Interparroquial de Santiago de Compostela, la Escuela de Tiempo Libre organiza un Curso de Monitor de Tiempo Libre con título homologado por la Xunta de Galicia. Dicho curso tiene una duración de 200 horas teóricas y 150 horas prácticas. En él se ofrece una formación en los campos de la psicología, la educación y el tiempo libre, técnicas de animación, educación ambiental y naturaleza, educación para la salud, organización y recursos.

                  Mediante esta iniciativa se busca detectar las necesidades de intervención en el tiempo libre, capacitando, dinamizando y formando a un grupo de personas; diseñando, dirigiendo y ejecutando actividades, y localizando recursos para participar en diversos proyectos de animación.

                  • ETAPA 9. CUALIDADES

                    «El amor es paciente, es servicial. El amor no es envidioso, no es jactancioso ni orgulloso. Es decoroso; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta» (1 Cor 13,4-7).

                    En Cáritas entendemos el voluntariado como un "talante de vida". Trabajar por la justicia social debe implicar a la persona comprometida en todas las facetas de su vida. Así, una persona voluntaria de Cáritas realiza su servicio atendiendo a las personas pobres y excluidas de la sociedad, pero también llevando a cabo una vida que sea testimonio de ese compromiso. El tiempo de voluntariado es un tiempo en el que la persona descubre y vive una serie de valores humanizadores que tienen que ver con la consideración de la realidad absoluta de la persona, la solidaridad, la necesidad de practicar un consumo responsable y austero, el sentido del encuentro interpersonal. Todo ello encaminado a la consecución de otro mundo más justo y solidario. La persona voluntaria en Cáritas:

                    •    Es una persona sensibilizada con lo social, que vive la caridad como algo inseparable de la justicia y de la defensa de los derechos humanos.

                    •    Se compromete de forma desinteresada y gratuita a poner sus capacidades y su tiempo libre al servicio de las necesidades de la comunidad.

                    •    Sabe acoger a las personas con respeto a su libertad individual y despierta en ellas la capacidad de ayudarse a sí mismas.

                    •    Es capaz de establecer una buena relación personal y trabajar en equipo.

                    •    Asume tareas adecuadas a sus aptitudes, posibilidades y preparación.

                    •    Está dispuesta a actualizar su formación y a modificar sus modelos de acción cuando las circunstancias lo requieran en función de una mayor eficacia en la tarea.

                    •    Conoce la identidad de su acción voluntaria y no contribuye a la inhibición y falta de responsabilidad de otros agentes sociales.

                    •    Su acción es educativa y promotora de cambio social, descubriendo, afrontando y denunciando disfunciones sociales.

                    Necesidad de voluntarios

                    Las personas voluntarias en Cáritas Diocesana de Santiago trabajan en el campo de la ayuda social, y en el momento actual son fundamentales en la lucha diaria contra el coronavirus y su incidencia directa en la vida de las personas. Así lo recuerda nuestro arzobispo don Julián Barrio en una carta pastoral, en la que muestra su cercanía a las personas que colaboran en la Institución: “os agradezco vuestra disponibilidad y generosidad sin medida, vuestro espíritu de sacrificio y capacidad para entregar vuestra vida a quienes más pueden necesitarlo. Vosotros nos ayudáis a recuperar la confianza en la humanidad”.

                    Es necesario aumentar el número de personas que pasen a integrar la gran familia de los voluntarios de Cáritas. Una necesidad que viene plasmada en el hecho de que muchos de nuestros voluntarios, por su edad, son personas de riesgo. De ahí que no puedan desarrollar la labor a la que estaban acostumbrados, por el riesgo que supone una exposición tan directa a un posible contagio.

                    • ETAPA 10. LO QUE RECIBO A CAMBIO

                      «El Reino de Dios se parece a un tesoro escondido en un campo. Si un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder y, de la alegría, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo. También es semejante el Reino de Dios a un comerciante que busca perlas finas. Al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra» (Mateo 13, 44-45).

                      Los voluntarios son el motor de Cáritas. Sin ellos, no sería posible llevar a cabo nuestra misión como servicio organizado de la caridad dentro de la Iglesia, que inspira el trabajo de acompañamiento y escucha a las personas que viven la injusticia de la pobreza.

                      Ser voluntario es una opción de vida que Cáritas ha fomentado, anunciado y vivido desde que se le encomendó la misión de llegar a los más necesitados, desde que asumió el compromiso de ser testigo de la pobreza que nos rodea y ser también sembrador de esperanza en esa realidad. Esa opción está fundamentada en el valor de la gratuidad, en dar gratis lo que gratis hemos recibido.

                      Sólo desde esa gratuidad puede entenderse el trabajo de tantas y tantas personas voluntarias. Es, sin duda, nuestra marca especial, nuestra "denominación de origen". Desde Cáritas, y también en coordinación con la Administración pública y otras entidades, hemos organizado iniciativas que ayudan a animar ese voluntariado, a hacerlo crecer y darle un sentido.

                      Desde su labor callada, los voluntarios se sienten recompensados por el cariño que reciben de aquellos con los que comparten el camino de la vida, difícil y angosto para muchos. Les anima el compromiso de la opción preferencial por los más pobres.

                      En palabras de una persona que colabora en la Institución: “ser vo­lun­ta­ria en Cá­ri­tas es un pro­ce­so de apren­di­za­je, de com­pro­mi­so, de sa­tis­fac­ción per­so­nal por un tra­ba­jo útil; tra­ba­jo que, como re­com­pen­sa, te lle­na de bie­nes­tar del tiem­po en­tre­ga­do. La en­tre­ga del tiem­po para los de­más es algo que des­de Cá­ri­tas te lle­na más si cabe por el com­pro­mi­so cris­tiano en la igual­dad del ser hu­mano”.

                      Emergencias

                      Cáritas está presente junto a los pueblos y comunidades que sufren emergencias.  Actúa antes, durante y después del desastre, conflicto o crisis humanitaria, trabajando para mejorar la capacidad de respuesta y lograr una rápida recuperación.

                      Cáritas Española forma parte de la Confederación Internacional, compuesta por 165 organismos nacionales. Nos coordinamos para atender las grandes emergencias, compartiendo procedimientos y herramientas de trabajo que tratan de armonizar y facilitar a los socios locales su misión.

                      La pertenencia a una de las mayores redes de solidaridad del mundo nos permite acceder a información contrastada y completa de todos los contextos humanitarios donde cualquier miembro de la Confederación Internacional Cáritas esté presente. Además, nuestra capacidad de acceso a la población afectada por diferentes crisis sociales o políticas, conflictos armados y/o desastres naturales, facilita la labor de identificación de las necesidades más urgentes para acudir en ayuda de las personas que se encuentran en peor situación.

                      En este sentido, algo fundamental para reducir el riesgo de desastres, diseñar planes de contingencia y respuesta inmediata, así como intervenir en la fase posterior de reconstrucción y rehabilitación es el trabajo junto a la población local. 

                      • ETAPA 11. SILENCIO

                        «Hubo un huracán tan violento, que hendía las montañas y quebrantaba las rocas ante Dios; pero Dios no estaba en el huracán. Después del huracán, un temblor de tierra; pero Dios no estaba en el temblor. Después del temblor, fuego; pero Dios no estaba en el fuego. Después del fuego, el susurro de una brisa suave. Al oírlo Elías, cubrió su rostro con el manto, salió y se puso a la entrada de la cueva. Y le llegó una voz que le dijo: `¿Qué haces aquí, Elías?´» (1 Re 19,11-13).

                        En la sociedad de nuestros días, crecida a la sombra del ruido y de una excesiva cantidad de palabras, el silencio se transforma en una necesidad vital, y para descubrir su valor es necesario un aprendizaje. Nunca es tarde para dejarme educar por el silencio, la primera condición para escuchar verdaderamente al otro.

                        Difícilmente escucharé a Dios y a los demás si estoy sumergido en un mar caótico de agitación, palabrería y dispersión. El silencio me permite callar, detenerme y poner freno a mi vida. Si me sitúo como una criatura delante de Dios, me doy cuenta de que debo callar: callar y contemplar, callar y servir. Dios se ha humillado asumiendo nuestra débil naturaleza humana para elevarnos, para divinizarnos a nosotros. El silencio me pone en condiciones de acoger el mensaje de la salvación, la Palabra hecha carne, el Evangelio.

                        También es fundamental el silencio ante el prójimo, que consiste en dejar espacio al otro. Sólo el silencio verdadero me sitúa en una relación justa con mis semejantes. Si amo, callo para escuchar a la persona amada; y si la escucho, me hago capaz de acogerla con todas sus virtudes, defectos, caídas y triunfos.

                        ¡Con cuánta frecuencia me alejo de este silencio, de esta toma de conciencia! Cuando me encuentro ante algo que contrasta con mis ideas y convicciones, a veces reacciono inmediatamente alejándome también de los demás, con actitudes que suelen perdurar en el tiempo transformándose en un estado de tensión.

                        Sensibilización

                        En Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela estamos convencidos de la necesidad de sensibilizar para transformar personas, comunidades y estructuras. De esta manera, potenciamos en nuestras comunidades cristianas, y en la sociedad, la concienciación sobre situaciones de pobreza y exclusión.

                        Informar, sensibilizar y denunciar es el triple compromiso de nuestra acción. Esta labor está íntimamente unida a Cáritas, ya que, en el horizonte de nuestro actuar se encuentra la transformación social desde los principios del Evangelio. Para conseguirlo, es fundamental dar a conocer a todos los miembros de grupos y comunidades eclesiales y civiles el empobrecimiento, el sufrimiento, la desigualdad y la injusticia que nos rodean, compartiendo al mismo tiempo las propuestas de cara a la curación de estas heridas sociales.

                        • ETAPA 12. EDUCAR LA MIRADA

                          «Por encima de todo cuidado, guarda tu corazón, porque de él brota la vida» (Prov 4,23).

                          En este camino de la vida no basta con aprender a escuchar. Es fundamental también aprender a mirar. Educar la mirada supone educar la sensibilidad ante los demás y la realidad. No se trata sólo de pronunciar palabras como justicia, respeto, empatía, igualdad o solidaridad, sino que también es necesario dotarlas de contenido y llevarlas a la práctica del día a día. Únicamente tendrán sentido si se pronuncian desde el corazón. Supone acercarnos a la realidad humana aprendiendo a mirar de otra manera, poniendo a la persona en el centro de todo. Esta mirada me ayudará a considerar al otro como parte de una gran familia, de mi propia familia.

                          Es bueno pararse a pensar en el testimonio maravilloso de personas que nos encontramos por el camino, que viven su fe de forma admirable. Son mujeres y hombres que pasan por el mundo sin hacer mucho ruido, pero que saben mirar al otro de forma diferente, haciendo realidad la Buena Noticia de Jesús. Son personas que no suelen salir en los medios de comunicación, pero que pueden iluminarme e inspirarme en mi forma de vivir el Evangelio.

                          Ser cristiano no puede limitarse a seguir una serie de preceptos. La Pascua, el acontecimiento central de la vida cristiana, me invita a mirar a Jesús resucitado y dejarme conducir por Él en un camino que me lleva a una vida más plena, teniendo en cuenta que eso puede suponer tener que abandonar proyectos personales para ponerme al servicio de los demás.

                          ¿Vivo ciego o veo a las personas a la luz del Evangelio? ¿Estoy sentado, instalado en una vida más o menos cómoda, viviendo mi religión sólo por costumbre o tradición? ¿Estoy fuera del camino, lejos de Jesús?

                          Fundación FOESSA

                          La Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada) se constituyó en 1965 con el impulso de Cáritas Española para conocer de forma objetiva la situación social de España. Fue pionera en la introducción de la investigación empírica a través de los Informes sobre la situación y el cambio social de España, que señalan la importancia de conocer la situación de nuestro país con el análisis de los procesos, las estructuras y las tendencias que marcan la evolución social.

                          Desde el año 1995 se enfoca en el desarrollo y la exclusión social en España y en las diferentes Comunidades Autónomas.

                          La Fundación FOESSA se estructura orgánicamente en un patronato constituido por organizaciones sociales, universidades y miembros a título personal, que garantizan su misión. Junto a él posee un Comité Técnico que desarrolla las actividades diseñadas por la Fundación.

                          Se trata de una institución privada sin ánimo de lucro y de ámbito estatal, fundada por Cáritas Española. Tiene como fin principal servir a los intereses generales en el campo de la investigación y la difusión de temas sociales; y la promoción y realización de toda clase de estudios e investigaciones relativos a la realidad social, cultural y económica de España y de otros países. Todo ello a través de publicaciones, cursos, seminarios, conferencias, foros de debate y otras actividades en el campo de lo social.

                          • ETAPA 13. NECESIDADES

                            «Así dice el Señor: `Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, viste al que ves desnudo, y no te cierres a tu propia carne´. (…) Cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía» (Is 58,7. 9-10).

                            Desde Cáritas somos testigos privilegiados de una realidad a menudo escondida y silenciada. Forma parte de nuestra misión querer poner luz sobre la misma. La vulnerabilidad y la fragilidad reflejan la realidad de las personas que acuden a Cáritas. Son los nombres propios de la precariedad, de la falta de una red de apoyo familiar y/o social, o de problemas entrelazados, no solo económicos (ingresos mínimos, prestaciones que no llegan o llegan tarde y que casi siempre son insuficientes), sino también formativos, de salud, de vivienda... Para muchas personas y familias tiene que ver, por tanto, con problemas más globales y estructurales.

                            En este sentido, nuestra apuesta se centra en un modelo de ayudas que eviten una mirada parcial y, por tanto, una acción social fragmentada; unas ayudas que se conviertan en instrumento o mediación para llegar al corazón de las personas. No solo nos preocupa la situación de precariedad material, también aquellas otras necesidades vinculadas a la dimensión relacional y sociocultural que todo ser humano necesita. En este sentido, afirman los obispos españoles en el documento Iglesia servidora de los pobres: “El acompañamiento a las personas es básico en nuestra acción caritativa. Es necesario 'estar con' los pobres –hacer el camino con ellos– y no limitarnos a 'dar a' los pobres recursos (alimento, ropa, etc.). El que acompaña se acerca al otro, toca el sufrimiento, comparte el dolor"[1].

                            La comprensión de estos problemas estructurales nos exige una atención necesariamente integral, planificada y coordinada entre los diferentes sectores implicados públicos y privados.Y desde aquí crear proyectos, dar vida a comunidades que velan por el bien común, que son generadoras de relaciones de confianza, de mutuo apoyo y cuidados.

                            Hay que tener en cuenta también una idea básica: la alimentación, el vestido, la vivienda… no son solo necesidades básicas que Cáritas contribuye a satisfacer, sino que constituyen derechos fundamentales de las personas y, por lo tanto, hay una obligación y responsabilidad esencial de la Administración Pública de velar por su protección y acceso. La presencia y acción de Cáritas debe llegar allí donde no alcanza la Administración.

                            Sillón Solidario

                            El Sillón Solidario, puesto en marcha por Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela, es un servicio de odontología integral básica en atención primaria destinado a adultos y niños pertenecientes a colectivos sin recursos o que se encuentren en riesgo de exclusión social. El programa cuenta, para su funcionamiento, con un equipo de varios odontólogos, un cirujano maxilofacial y un higienista, todos ellos voluntarios.

                            La atención sanitaria se realiza con cita previa y una vez que la situación del paciente ha sido evaluada y derivada por su Cáritas parroquial o interparroquial correspondiente. La consulta se realiza en dependencias de los Servicios Generales de Cáritas Diocesana de Santiago, en la calle Carreira do Conde, donde se ha instalado un gabinete con todo el instrumental y material necesarios para ofrecer a los pacientes una atención bucodental completa.

                            Desde su creación en 2015, se han beneficiado de este servicio más de 700 personas.

                            Atención odontológica a los internos del centro penitenciario de Teixeiro

                            Cáritas Diocesana de Santiago y el Colegio de Odontólogos de A Coruña han firmado un convenio para la atención odontológica de los internos del Centro Penitenciario de Teixeiro. El objetivo de esta iniciativa es mejorar su salud bucodental, ofreciéndoles asistencia y materiales de calidad iguales a los ofrecidos en la práctica privada, a fin de mejorar la salud integral y la posterior reinserción de uno de los colectivos más desfavorecidos de la sociedad. Y es que el bucodental es uno de los problemas de salud más importantes que padecen los internos.

                            El servicio contempla una doble actuación: la más inmediata es la atención sanitaria, pero, paralelamente, se proporciona a los participantes una educación para la salud. Se pretende que sean conscientes de la necesidad de cuidar sus piezas dentales con el cepillado diario y observando otras prácticas saludables. De hecho, éste será uno de los requisitos que se les exija a los internos.

                            Los odontólogos que participen realizan diagnósticos clínicos, biopsias de tejidos blandos y duros, exodoncias no complejas, revisiones, control e instrucción de higiene oral, obturaciones simples y completas, limpiezas y tratamiento periodontal, endodoncias y prótesis parciales superiores o inferiores.


                            [1] N 47.

                            • ETAPA 14. CULPABLES O VÍCTIMAS

                            • ETAPA 15. EN COMUNIÓN CON LA IGLESIA

                              «Os ruego, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que tengáis todos un mismo sentir y no haya entre vosotros disensiones; antes bien, vivid unidos en un mismo pensar y un mismo sentir» (1 Cor 1,10).

                               La Iglesia es la gran familia de los hijos de Dios. Su misión es la evangelización[1]. Por eso, invita a todas las personas a experimentar el amor de Dios y convoca a la humanidad en torno a la mesa de la fraternidad de la que Cristo es anfitrión.

                              Para la realización de esta tarea, la Iglesia anuncia la Palabra, celebra su fe y sirve a la humanidad, en especial a los hermanos más pobres. Su misión no estaría completa si faltase alguna de estas dimensiones. Todas se complementan, se dan sentido y conforman la tarea eclesial que es una. Así, la Eucaristía se alimenta del servicio y es alimento para él. La catequesis ilumina la acción y se nutre también de los signos de los tiempos que desvelan la acción de Dios y de su Espíritu en el mundo y en la historia.

                              La diakonía, el servicio, no es, por tanto, algo optativo en la misión de la Iglesia. Pertenece a su ser y a su hacer. Es acción evangelizadora aunque no agote toda la evangelización.

                              Cuando Cáritas actúa, es la Iglesia en su totalidad la que sirve. Nuestra acción no es sino una tarea encargada, un envío al que está invitado el conjunto de la comunidad cristiana. Este servicio es universal, no entiende ni atiende a distinciones. Ha de testimoniar y anunciar para ser auténtico. No ha de hacer proselitismo, pues ha de saber cuándo hablar de Dios y cuándo callar dejando que hable solo el amor, como recuerda Benedicto XVI[2].

                              El servicio tiene una doble dimensión envangelizadora: de la Iglesia a los pobres y de éstos a la Iglesia. Se trata de evangelizar y de dejarnos evangelizar por los últimos, auténticos vicarios de Cristo y criterio último del juicio de Dios[3].

                              Red de viviendas de acogida

                              La red de viviendas de acogida de Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela es un recurso temporal que tiene como finalidad acoger, como medida urgente y transitoria, a personas y familias en situación de vulnerabilidad o riesgo de exclusión social. Se trata de un programa que ha nacido para dar respuesta a aquellas personas que, por diferentes motivos, en un momento dado no pueden acceder a una vivienda.

                              Las intervenciones que se realizan están centradas en asegurar la protección, fomentar su participación en su propio proceso de desarrollo y promover su autonomía a través de un acompañamiento que facilite el acceso a los recursos más adecuados.

                              El perfil mayoritario de las personas participantes es el de parejas jóvenes; familias monoparentales con hijos menores a su cargo; inmigrantes sin apoyo sociofamiliar en España, sin ingresos y muchas veces en situación irregular; personas con grandes dificultades para acceder a un empleo o que lo han perdido; etc.

                              El tiempo de estancia en la vivienda, salvo excepciones, es de tres meses, prorrogables por otros tres, algo que sucede habitualmente por la lentitud del proceso de regularización de la situación de los participantes y de la tramitación de las ayudas públicas.

                              Cáritas Diocesana de Santiago dispone de un total de 19 viviendas de acogida distribuidas por la Diócesis: en A Coruña, Santiago, Bertamiráns (Ames), Carballo, Vimianzo, Marín, Pontevedra y Vilagarcía de Arousa. Entre todas, suman unas 80 plazas de habitabilidad.

                              La atención a las personas residentes en estas viviendas la llevan a cabo voluntarios y técnicos de Cáritas, y el acompañamiento se realiza siempre en estrecha colaboración con diferentes entidades tanto públicas como privadas.


                              [1] Cf. Evangelii nuntiandi 26.

                              [2] Cf. Deus caritas est 31.

                              [3] Cf. Mt 25, 31ss.

                              • ETAPA 16. CÁRITAS NO ES UNA ONG

                              • ETAPA 17. ACOMPAÑAMOS

                              • ETAPA 18. VOLUNTARIADO

                              • ETAPA 19. FRATERNIDAD Y EUCARISTÍA

                              • ETAPA 20. PRINCIPIO DE SUBSIDIARIEDAD

                              • ETAPA 21. DENUNCIA PROFÉTICA

                              • ETAPA 22. COMUNIDAD PARROQUIAL

                              • ETAPA 23. CREYENTES Y CREÍBLES

                              • ETAPA 24. ASISTENCIALISMO O PROMOCIÓN

                              • ETAPA 25. CONVIVENCIA INTERCULTURAL

                              • ETAPA 26. TRABAJO Y DIGNIDAD

                              • ETAPA 27. ESPIRITUALIDAD ENCARNADA

                              • ETAPA 28. CAMILLEROS

                              • ETAPA 29. SABER ESCUCHAR

                              • ETAPA 30. ASUMIR RIESGOS