Novelado

2º En el fondo de un pozo

Comencé a andar con pesadez de estómago y algo de dolor de cabeza. Me encontraba de mal humor, no acababa de ver claro por qué estaba allí, qué era lo que buscaba, al aceptar participar en este grupo. El viaje había sido malo, llevaba años sin moverme de la cárcel, y me había mareado por el camino. Con todo, había sido bastante mejor que la conducción desde Soto del Real. Recordaba con horror aquel día de calor asfixiante, en el kanguro, sin aire acondicionado, en un asiento incómodo. Era imposible saber por donde íbamos, en aquel búnker andante, sin hacer una sóla parada. En el autobús por lo menos había ventanas para ver el paisaje. Aunque aquellos campos desolados de Castilla me parecieron el reflejo del páramo en que se habían convertido los días de mi vida. Iguales, vacíos, infinitos. El día anterior habíamos llegado al albergue de noche, y ahora con la luz del día me sorprendió el paisaje que nos rodeaba. Altas montañas sombreadas de árboles se perfilaban delante de nosotros como una imponente pared natural. El albergue estaba en lo que parecía ser un hoyo profundo, y el camino, delante de mí, era una senda escarpada, pedregosa por la acción de los torrentes del invierno. Una cuesta arriba en la que no había lugar para la compasión, ni se veía por ningún sitio la salida.

Last modified: Monday, 9 November 2020, 11:12 AM