Novelado
5º Volver a empezar
Aunque no con la
dureza del día anterior, la etapa de hoy estaba siendo difícil.
Todavía nos encontrábamos en las estribaciones de los Pirineos, y
se alternaban las subidas y bajadas. Lo peor de todo eran los callos
que se me habían formado por el roce, sobre todo en el pie
izquierdo. Mis compañeros estaban casi todos hastiados de andar, y
no había mucha gana de conversar. Por delante teníamos todavía
cerca de un mes de caminata, apenas estábamos comenzando la
experiencia. ¿Sería capaz de terminar? Cada vez cojeaba más
visiblemente, así que cuando llegamos al refugio de pescadores sentí
un alivio intenso. Los peregrinos que se encontraban a la puerta me
miraban divertidos al ver el aspecto que tenía, hasta que uno de
ellos me señaló al lavadero que se encontraba a la orilla del río:
- ponte a la cola. Allí una chica estaba haciéndole unas curas de
pies a un par de caminantes de los nuestros. Habíamos tenido la
suerte de coincidir con una enfermera que nos pudo dar unos cuidados
expertos. Una vez hecho con destreza su trabajo de abrir, limpiar y
vendar, me vinieron ganas de abrazarla, agradecido, pero sólo pude
farfullar una pregunta: - ¿y mañana qué? Entre risas alguien
contestó: -Y mañana… volver a empezar!